Perspectivas

El habla del texto y la poesía del hecho:
poesía culta y popular en el poeta
Washington Benavides

Izacyl Guimarães Ferreira

 

En un pequeño ensayo destinado a una edición bilingüe de la poesía de Washington Benavides (programada para celebraciones de diplomacia cultural que razones de menor importancia, pero decisivas, impidieron), yo le preguntaba, hace ya cerca de diez años, si la propuesta del poeta era alcanzar la claridad del habla. Su libro más reciente, El mirlo y la misa —Premio Nacional de Poesía del año en Uruguay— ratifica elocuentemente lo que entonces conversábamos los dos en Montevideo: el habla como meta de su poesía. No sólo la claridad. El tono, tal como propuso Antonio Machado en otro contexto: el tono de la lengua, ni más alto ni más bajo.
Washington Benavides fue, tal vez, más lejos de lo que yo supuse o Antonio Machado hubiera pensado, y eso implicaría una aún inexpresada estética de nuestro poeta. Además de la poesía como habla, habla culta y popular a un tiempo, la poesía como extracción (sublimada, filtrada reciclada, si no condensada) de un hecho. Hecho corriente o trascendente, actual o histórico, real o artístico, literario, religioso. Pero hecho que podría ser narrable por la prosa periodística, literaria, de cualquier género. En WB se transforma en poesía del hecho, en el habla del texto.
Residiría ahí, en esa doble cara de la bien acuñada moneda de WB, su característica impar, singular. Desconozco parentescos o lo que el propio poeta llamaría reaparición de un río subterráneo de la poesía colectiva «por la red arterial de las palabras».
Pero ¡atención! No estamos ante un poeta de feria o de la corte del rey, aunque sea él un letrista aparcero de algunos de los mejores compositores de habla hispana, autor de milongas y baladas de éxito. Mantiene, sí, un fuerte eslabón con lo popular, pero es un falso simple este señor conversador y, sin retruécanos, conservador de la tradición muy hispánica de tratar con igualdad lo popular y lo erudito en su literatura.
Pues WB es un verseador enciclopédico en recursos. Desde el soneto de corte «siglo de oro» hasta la redondilla o el romance; de la sextina a la «terza rima». Sus alejandrinos enterizos o depurados en tres o cuatro versos creando sub-ritmos binarios o más elaborados y versiculares versos libres, si alguno merece el adjetivo… (Como su traductor, anduve con linterna encendida por esos meandros del prestidigitador que es WB.)
En esa conjunción de sabidurías de erudito y de pueblo hay un refinamiento léxico y un inquietante desafío a la cultura del lector, pues WB es un contumaz adepto a la alusión, la referencia, el intertexto.
En la evolución, nada lenta pero sí marcadamente «lógica» de su poesía, WB partió de la sátira costumbrista sobre sus coterráneos de Tacuarembó (lo que le valió el escarnio público y la quema de su primer libro en una plaza pública), a una continua aproximación a la temática universal, a la vez firmemente enraizada en el suelo uruguayo. Esto requiere del lector un casi pos-graduado cultural, tantas son las exigencias de conocimiento acerca de las figuras citadas, transciptas, supuestas a lo largo de su obra. Entre los nombrados: Hokusai, Figari, Dalí, Mozart, Li Po, Pound, Bandeira, Bob Dylan, Beatles, Praga, Trinidad, Fujiyama, Batoví, multitud de seres y lugares y epígrafes y comillas, señales de tráfico a otros parajes y personajes.
¿Qué pretende expresar esta galería o tertulia? La vecindad. El diálogo. La conversación. La confraternidad amplísima de tiempos y espacios, personas, y culturas, sentires y significados. La búsqueda del parlamento. Ecologista «avant la lettre», trovador tecnológico, «contrabandista de culturas» —como cariñosamente me llamó— WB es ciudadano del mundo, del mundo real y del cultural. Nada le es extraño, nada le es ajeno o desimportante. (…)
Ser profesor de literatura y comunicador cultural es condición circunstancial no suficiente para cimentar su estética, que en esta evolución de las formas fijas, clásicas —si así quisiéramos llamarlas— se desdobló en narraciones invadidas por el soplo de la poesía del habla. Expliquémonos, si es conveniente.
Hay poetas no necesariamente parnasianos o formalistas de cualquier índole, o simplemente rigurosos en la escritura, para los cuales cada verso, cada estrofa, debe tener peso específico de una «frase poética». Con o sin rima o métrica estricta o ritmo bajo control, un «decir poético».

(…)

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Título original: A fala do texto e a poesia do fato: notas sobre a poesia culta e popular do poeta uruguaio Washington Benavides. Traducción de Diego Techeira. Publicado en «La Voz y el Conjuro»


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